Rutas de la Reserva Natural - Descripción

Rutas de la Reserva Natural - Descripción

Duración: 1 hora 30 minutos

Distancia: 1,4 Km. ida/vuelta

Desnivel: 67 m.

Época recomendada: primavera y verano (evitar los días más calurosos).

La visita siempre es guiada. L'Illa Grossa es la única isla de todo el archipiélago en la que se puede efectuar una visita a tierra. Durante el trayecto podremos disfrutar de la observación de numerosas aves, lagartijas e insectos. Dependiendo de la época y, sobretodo en la de las lluvias, podremos observar las distintas plantas en flor, disfrutar del amarillo limón de las flores de la alfalfa arbórea o del rosa de las malvas arbóreas, además de poder observar el manto blanco y aromático creado por los endémicos mastuerzos marítimos de Columbretes.

La ruta comienza en la misma escala de Puerto Tofiño. Es en este punto donde los visitantes se encuentran con la persona que les guiará durante la visita. A lo largo del camino y en las paradas que se realizan en los miradores, nos hablará sobre las islas, explicándonos la formación geológica, la historia humana, las construcciones y las maravillas naturales tanto animales como vegetales que albergan las islas, como por ejemplo la presencia de endemismos de fauna y flora, es decir, especies que tan sólo habitan en estas islas o que tienen una distribución muy restringida.

El recorrido va desde Puerto Tofiño hasta el faro, recién restaurado, donde se encuentra el Centro de Visitantes. Todo este recorrido transcurre por el único camino que hay en las islas y que era el antiguo camino del faro, hoy día empedrado y hormigonado y de una anchura de alrededor de un metro y medio.

Comenzamos el recorrido. En este primer tramo la pendiente del camino es algo pronunciada (32%), remontando los 20 metros de altura que tiene la isla en este punto. A nuestra derecha queda toda la bahía de l'Illa Grossa y a nuestra izquierda se alza una pared en la que se aprecia muy bien las formas que dejó la lava al solidificar, posteriormente moldeadas por la erosión provocada por el mar y el viento.

 

Parada 1. Mirador de las Escalas

Se trata de un rellano desde el cual se tiene una panorámica de todo el archipiélago. Desde aquí se pueden ver todas las islas que forman el archipiélago. Son multitud de islotes, reunidos en cuatro grupos, cada uno de los cuales lleva el nombre de la mayor de las islas que lo forma: el Carallot, al sur (pitón volcánico de 32 m de altura), la Foradada, un poco más cerca (llamada así por el gran arco natural que posee y por sus numerosas grietas y agujeros), la Ferrera, al oeste (su nombre se debe al color gris metálico de las paredes) y l'Illa Grossa, en la que nos encontramos, la forma de la cual le dio también el nombre de Ferradura.

Desde este punto resaltan, en la lejanía, las construcciones presentes en la zona sur de l'Illa Grossa como son el Cementerio de l'Illa Grossa, recurso arquitectónico, de indudable valor histórico, en el cual existen aproximadamente una docena de enterramientos desde finales del s. XIX hasta la actualidad; y la Imagen de la Virgen del Carmen, estatua de 1942 sobre pedestal de unos 5 metros sobre el cual existe una cruz realizada por canteros de Borriol. A sus pies hay un altar en el que antiguamente se oficiaban misas.

Seguimos recorriendo el camino entre sosas finas (una de las plantas más abundantes de Columbretes y cuyo color verde predomina sobretodo en verano), mastuerzos marítimos de Columbretes y numerosas gramíneas. Existe una zona en la que predomina la malva mauritánica, a la izquierda del camino conforme vamos subiendo por él.

 

Parada 2. Escala del Rossí

Llegamos a una bifurcación desde donde parten unas antiguas escalas hacia el oeste, recientemente restauradas, utilizadas por los fareros para desembarcar a la isla en los días que había temporal de levante. Es un buen lugar para observar tanto la fisonomía de la vegetación insular como las diferentes especies de aves en vuelo.

Si visitamos la isla entre agosto y octubre seguro que veremos a una de las especies de aves que nidifica en los acantilados de Columbretes: el halcón de Eleonora. Es en esta época cuando pone los huevos y cría a los pollos, coincidiendo con la época de paso de las aves migratorias por lo que tiene mucha caza para alimentarlos.

Un poco más arriba, encontramos algún núcleo de malva arbórea, una de las especies con mayor porte de la isla, esparragueras espinosas, lechetreznas y alfileres se suman al número de especies que se encuentran en esta zona. Conforme vamos avanzando encontraremos, en los bordes del camino, muchos ejemplares de zanahoria marina.

Desde esta zona del camino, se observa en la ladera que desciende desde las Casernas hasta la bahía una de las zonas que elige la pardela cenicienta para criar a sus pollos. En esta zona, las pardelas eligen en algunos casos los agujeros que fueron excavados por los conejos, mamífero doméstico ya extinguido. Estos recovecos, llamados huras, han sido utilizados en algunas ocasiones por otra pequeña ave marina, el paíño común.

Se observa a izquierda del camino un gran núcleo de chumberas y, a la derecha otro ejemplar de la misma planta. Todas son muy antiguas, procedentes de las que, en el siglo pasado, plantaron aquí los fareros. Hoy día permanecen en la isla por su valor histórico pero se encuentran controladas para evitar que se extiendan.

 

Parada 3. Mirador de las Casernas

Este rellano existe desde la construcción de las antiguas Casernas, en 1856. Estas fueron habitadas durante tres años por los obreros que trabajaron en la construcción del faro. Rodeados de cadenas y anclas recuperadas de los fondos marinos podemos observar una de las imágenes más sorprendentes de l'Illa Grossa ya que estamos en la zona con mayor superficie horizontal de la isla y donde se encuentran los ejemplares de flora con mayor porte. Entre otras, destaca la presencia de plantas como el cambrón y la paternostrera, dos especies que, siendo propias del SE árido español, encuentran en Columbretes una de sus localizaciones más septentrionales.

En un bebedero que se encuentra al lado de este mirador, frente a las casernas y, en general, durante todo el recorrido vamos a ver numerosas lagartijas de Columbretes. Este endemismo exclusivo de las Islas Columbretes, el animal terrestre con mayor tamaño de las Islas, abunda frente a las Casernas donde lo podemos observar entre las plantas, sobre las rocas, entrando o saliendo de alguna grieta o incluso subiendo las paredes de la casa o entrando y saliendo por la puerta, donde quizás también podamos encontrarnos con algún caracol de Columbretes, otro de los endemismos de Columbretes.

 

Parada 4: Aljibe

Se trata de un aljibe abovedado excavado en la roca, construido hacia 1856. Tiene una capacidad de 45.000 litros y sigue utilizándose en la actualidad. Recoge el agua de lluvia que cae por la ladera hasta la canal que discurre paralela al camino. Desde este punto parte una senda que va a dar al helipuerto.

Las gaviotas habitan la isla durante todo el año excepto en los meses en los que la flota de arrastreros de los puertos pesqueros cercanos tienen veda de pesca. Últimamente estos meses son julio y agosto en los cuales las gaviotas que viven en Columbretes han de irse más lejos para buscar comida quedando pocos ejemplares en la isla. Existen dos especies de gaviotas en estas islas: la gaviota patiamarilla que es la más abundante llegando a haber casi 650 parejas reproductoras y la gaviota de Audouin, mucho más escasa que la anterior, unas 50 parejas en los últimos años, y considerada especie en peligro de extinción en el Catálogo Valenciano de Especia de Fauna Amenazadas.

Seguimos nuestro camino, que vuelve a aumentar sensiblemente la pendiente. A mitad camino entre el aljibe y el faro se encuentra la siguiente parada.

 

Parada 5. Cova del Tabac

Los restos de la desaparecida Cova del Tabac, dentro del puerto de l'Illa Grossa, dan testimonio de los tiempos de piratas y contrabandistas. En la cueva, se escondían los alijos de contrabando, especialmente tabaco, durante los años del estraperlo.

El último tramo es también el más caluroso del camino y sube hasta el faro. Dejamos a nuestra izquierda el vértice geodésico que nos indica el punto más alto de la isla, 67 m sobre el nivel del mar, para llegar a la explanada del faro.

 

Parada 6. Faro, explanada sur

Desde aquí se obtienen las mejores vistas de toda la bahía, así como de la reserva y de los diferentes islotes.

Las obras del faro comenzaron en 1856 y fue inaugurado el 30 de diciembre de 1859. Hasta 1975, año en que se automatizó, estuvo habitado por los fareros y sus familias. Este faro fue considerado por la mayoría de fareros del Estado como el peor destino de toda la península debido a su aislamiento. Hasta 1916 no comenzaron los turnos de descanso que consistían en un mes libre por cada tres meses de permanencia. Ese mismo año se amplía la vivienda del faro, añadiendo una segunda planta, para evitar que los fareros tuvieran que vivir en las Casernas que, por aquel entonces, se encontraban en estado muy precario.

Tras la última restauración, finalizada en 2009, este faro, de Primer Orden, es utilizado de forma coordinada por las Reservas Natural y Marina como centro de investigación en el cual se encuentran los laboratorios y las estancias para investigadores. Además, cuenta con las instalaciones del Centro de Visitantes.

En los alrededores se encuentran algunos elementos arquitectónicos interesantes como un horno de leña que, si nos asomamos por la valla del sur de este mirador y miramos hacia abajo, podemos observar. Este fue descubierto durante las recientes labores de adecuación del faro y restaurado parcialmente tras su descubrimiento bajo los escombros. Probablemente fue construido a la par que el faro, hacia 1856.

Desde este mirador entramos en el edificio del faro para acceder al Centro de Visitantes, que ocupa prácticamente la mitad de la primera planta del faro.

 

Parada 7. Faro, explanada norte

Enfrente nos encontramos con otro interesante elemento arquitectónico, el aljibe del faro, construido hacia el año 1856. Este aljibe, el cual sigue utilizándose actualmente, está formado por dos vasos de alrededor de 60.000 litros cada uno.

Si nos asomamos por la valla del noroeste de este mirador, conforme salimos del faro, hacia la izquierda, podemos distinguir en la lejanía, en los días claros, la línea de costa: al suroeste, el perfil de las montañas del Parque Natural de la Serra d'Espadà, más cercano se encuentra el Parque Natural del Desert de les Palmes detrás del cual se distingue la bella silueta del Penyagolosa, que, con sus 1.814 m constituye uno de los puntos más altos de la Comunitat Valenciana, y más al norte, el Parque Natural de la Serra d'Irta. En ocasiones, los días más claros, se llegan a ver la Serra del Montsià, en Tarragona, y el Parque Natural del Montgó.

Dependiendo de la época del año, especialmente durante la primavera y el otoño, este es el mejor lugar desde donde avistar los enormes rorcuales comunes o los delfines listados, comunes y mulares. También, sobre la superficie del mar se pueden observar volando a ras de agua a otra de las especies de aves que crían en Columbretes, los cormoranes moñudos.

El retorno lo efectuaremos volviendo por el mismo camino que nos ha llevado hasta el faro.