Cultura

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Cerezas de Espadán
 
Saca de corcho
 
 
 
 
 
 
 

Las actividades socioeconómicas de la zona, se han centrado en el aprovechamiento de los variados recursos naturales de la Sierra de Espadán. La economía tradicional se ha basado en la agricultura de montaña, que se destinaba, fundamentalmente, al trigo y otros cereales. Esta actividad ha dejado su huella en el paisaje en forma de numerosos molinos de harina. La mayoría, hidráulicos, como los de l'Arquet y de Arriba en Aín o Molino Viejo en Almedíjar, y alguno de viento como el Molí d'Aire en Eslida.

 

La agricultura ha ido cambiando a lo largo del tiempo y, actualmente, se centra en el cultivo del olivo, del que se obtiene un aceite de gran calidad, del algarrobo, del almendro o de árboles frutales como los cerezos. Testimonio de la dura tarea agrícola en estas tierras son los abancalamientos, a veces inverosímiles, que pueden observarse en numerosas laderas.

 

Otras actividades, como la silvicultura y la explotación forestal, se han destinado, fundamentalmente, a la producción de madera, entre otros usos para la fabricación de mangos o "gaiatos" a partir de las ramas del almez o "llidoner"; de carbón (aún se conservan antiguas carboneras como la del Barranco de Almanzor); y de corcho. Este último material, explotado artesanalmente desde el siglo XVI e industrialmente desde el XIX, supuso un recurso fundamental en la Sierra, destacando la producción de la finca Mosquera, que pasó a ser el corazón de la explotación corchera de toda la Sierra y cuyos productos eran exportados por barco o tren a las fábricas de tapones de corcho de Palafrugell, en Girona.

 

También la nieve, recogida durante el invierno y almacenada y prensada en neveras o "pous de neu", se vendía en las zonas costeras durante el verano. Aún se conservan algunas de estas construcciones, como la nevera de Castro en Alfondeguilla, la de Cuatro Caminos en Villamalur o la de L'Oret en Aín.

 

Otras actividades tradicionales importantes han sido la ganadería trashumante (los rebaños turolenses pasaban los seis meses del invierno en la sierra, como atestiguan los numerosos corrales y vías pecuarias que se conservan), la minería (a partir del siglo XVIII se extraen hierro, cinabrio, cobre y azurita) y la apicultura, para la obtención de miel y cera.

 

Como recursos más recientes, aparecen el agua embotellada, el paisaje y la calidad medio ambiental. Factores, estos últimos, que han contribuido al incremento del turismo y las actividades deportivas.