EL ALCORNOCAL, UN REFLEJO DEL PASADO

EL ALCORNOCAL, UN REFLEJO DEL PASADO

 

          Longitud total: 11 Km

          Dificultad:

          Pico Tristán-Barranco Saladilla: Sencilla.

          La opción de subida al Pico del Gorgo tiene cierta dificultad.

 

Tiempo estimado (ruta completa): 3h 30'

 

El inicio de esta ruta se encuentra en los alrededores de la Masía de Tritán entre los término de Segorbe y Gátova nos permite recorrer uno de los enclaves más valiosos de la Sierra Calderona. El itinerario nos permite contemplar el alcornocal del Parque Natural desde el mirador del pico de Tristán así como un reducto de roble valenciano localizado en el barranco de la Saladilla. Desde allí podemos continuar hasta alcanzar el pico del Gorgo (908 m), cima más alta del espacio protegido.

Se puede realizar de manera circular con dos niveles de dificultad. El más sencillo es tomar la pista hacia el observatorio forestal, volviendo por el barranco de la Saladilla. La ruta ofrece una segunda parte, más exigente, que nos permite alcanzar el Gorgo. Se alternan tramos de pista y senda, atravesando bosques de pino rodeno y alcornoques. La vuelta, desde el collado de Villacampa, se realiza tomando la pista forestal.

 

Parada 1.- . El paisaje cultivado. 

Nuestras montañas han sido modificadas por el ser humano desde el Neolítico para aprovechar los recursos forestales, agrícolas y ganaderos. Los bancales de piedra seca que tenemos a la vista permiten aprovechar el espacio horizontal para el cultivo y aunque en la época árabe ya se practicaba esta técnica, las mayores transformaciones se dieron ya en la época cristiana para el cultivo de algarrobos, olivos, cereales, vides, etc.

 

En el año 1290, este valle que era ya conocido como Vall de Peras fue objeto de una intensa disputa entre el señor de la Vall de'Olocau, Ramón Escorna y los segorbinos.

 

Estas tierras cultivadas han sido la despensa de una gran cantidad de especies que encuentran en ellas una fuente esencial de alimento. El cultivo de las tierras mantiene la biodiversidad de nuestros ecosistemas. Estamos recuperando antiguos bancales de secano, reintroduciendo especies frutales tradicionales cómo perales, almendros y cerezos cuyos frutos y semillas ayudarán a mejorar la diversidad y el hábitat de muchas especies forestales.

 

                                                 Parada 2.- Observatorio Forestal. Pico Tristán. 

El pico de Tristán (Segorbe) situado a 759 m de altitud, nos ofrece unas vistas excepcionales sobre el Área de Especial Protección. Desde este punto podemos abarcar gran parte del territorio forestal salpicado por alcornoques y pinos. Las elevaciones de Montemayor, Penyes Altes y Gorgo concentran lo mejor de nuestros ecosistemas con formaciones características de rodeno que condicionan una vegetación única. Es seguramente el enclave botánico y forestal más valioso del Espacio Natural Protegido.

 

Parada 3.- El quejigo. 

El barranco de la Saladilla es, sin duda, una pequeña joya botánica donde vamos a encontrar una flora excepcional, escasa en el Parque Natural. Podemos contemplar especies que necesitan, más que las demás, suelos frescos y profundos, además de generosas lluvias y una buena protección arbórea. Aquí ha podido prosperar el roble valenciano o quejigo (Quercus faginea), cuyas hojas semicaducas lo diferencian claramente de la carrasca (Quercus ilex), bastante más común.

El quejigo produce además unas agallas en forma de bolas marrones que se desarrollan en los brotes jóvenes a consecuencia de la picadura de un insecto.

En este hábitat privilegiado podemos ver también otras especies típicamente de umbría y de ambientes húmedos como el rusco (Ruscus 

aculeatus), el madroño (Arbutus unedo), el espino albar (Crataegus monogyna) y el durillo (Viburnum tinus), además de otras plantas adaptadas al suelo de rodeno como el brezo blanco (Erica arborea) y la jara cerval (Cistus populifolius).

 

Parada 4.- El alcornocal. 

En el Área de Especial Protección sobrevive lo mejor de nuestro alcornocal en un territorio típicamente mediterráneo, riguroso para la vida vegetal y en continua adaptación para todas las plantas que tienen que afrontar unos períodos estivales extremadamente secos. Estos árboles han resistido los terribles efectos de los incendios con una capacidad de adaptación extraordinaria. Son capaces de soportar altas temperaturas y de rebrotar al poco tiempo.

 

Este árbol ha sido muy apreciado a lo largo de la historia por el corcho de su corteza que se utiliza básicamente para la elaboración de tapones. El proceso de extracción y preparación de esta materia prima ha necesitado de expertas manos siendo además un tipo de trabajo muy artesanal.

 

El alcornocal, cómo hábitat, ha cumplido ejemplarmente las funciones del desarrollo sostenible: elaboración de productos de calidad (corcho, ganadería, miel, plantas medicinales y aromáticas), conservación (biodiversidad, fauna, paisaje), mantenimiento de usos y costumbres tradicionales y desarrollo de la población en las zonas rurales.