Clase Arachnida

Clase Arachnida

Los Arácnidos constituyen una clase, dentro del subphylum Quelicerados, que incluye las arañas, los escorpiones, los murgaños, las garrapatas, los ácaros y las arañas camello. Con unas 102.000 especies descritas, ocupan la segunda posición por detrás de los Insectos doblando casi a los Vertebrados.

Dentro del phylum Arthropoda, los arácnidos son una clase que se separó pronto de los demás grupos y, aunque su origen es acuático, sus especies actuales son exclusivamente terrestres, a excepción de algunos Ácaros adaptados a la vida acuática. Los Arácnidos se encuentran en todos los climas terrestres a excepción de las zonas extremas polares, abundando más en las zonas cálidas.

Aunque en los diferentes órdenes la morfología varía bastante, se pueden reconocer las dos regiones o tagmas características de los Quelicerados:

  • Prosoma o cefalotórax, que asume las funciones sensoriales y marchadoras. Carecen de las antenas y, aunque sus ojos son simples, llegan a ser muy eficaces. Los hay de dos tipos diferentes, los ocelos laterales y los medianos. Algunos poseen ambos a la vez, mientras que la mayoría sólo tienen unos u otros. Los apéndices también se insertan en el prosoma. Consisten en un par de quelíceros, junto a la boca, un par de pedipalpos, a veces muy desarrollados y cuatro pares de patas locomotoras. El primer par de apéndices, los quelíceros, tienen funciones generalmente relacionadas con la alimentación y la defensa contra depredadores. El segundo par de apéndices se denominan pedipalpos y se han adaptado a la locomoción, alimentación y funciones reproductivas.
  • Opistosoma o abdomen, donde se sitúan órganos viscerales y las gónadas.

Los Arácnidos son siempre unisexuados y carecen de órganos copuladores por lo que la fecundación es indirecta con producción de espermatóforos que son introducidos en el cuerpo de la hembra (en el caso de las arañas con el pedipalpo del macho, y en los escorpiones depositándolo sobre una superficie y favoreciendo que la hembra pase por encima). El comportamiento de cortejo es a menudo muy elaborado, y en muchos casos se observa cuidado parental, un rasgo raro fuera de los Vertebrados.

Son generalmente ovíparos, excepto los escorpiones que son ovovivíparos o vivíparos dependiendo de la especie concreta. A excepción de los Ácaros, suelen pasar por los estadios de huevo, larva, varios estadios ninfales y adulto. Estos ciclos pueden ser completados en unas cuantas semanas, o tener una duración de hasta varios años. La vida del estadío adulto también varía de semanas hasta muchos años.

Salvo los Ácaros, que son sobre todo detritívoros, la gran mayoría de las especies son principalmente predadoras, alimentándose de sustancias líquidas debido a su ausencia de mandíbulas. La presa es retenida por los quelíceros, y sobre ella se vierten jugos digestivos para disolverla y succionar sus fluidos. La faringe es el principal órgano de bombeo o aspiración, el esófago, en algunos arácnidos funciona como bomba auxiliar. Muchas de sus especies inyectan veneno a sus presas con los quelíceros o en el caso de los escorpiones con el télson.

Todos los Aracnidos tienen la capacidad de producir seda, si bien solo algunas especies tejen telarañas. La seda es una escleroproteína líquida que se solidifica con contacto con el aire. Las telas pueden ser lisas, en embudo o en red y también se utilizan para otros muchos fines: confección de capullos para alojar huevos, construcción de redes que lanzan para capturar presas, para transportar el esperma, para englobar las cutículas de las mudas, para tapizar el interior de las galerías que construyen, para construir trampas de caza, para dejarse llevar por el viento, etc.

La clase Arachnida está representada en la Comunitat Valenciana, por los siguientes órdenes:

  • Orden Araneae Clerck, 1757
  • Orden Ixodida Leach, 1815
  • Orden Mesostigmata 
  • Orden Opiliones Sundevall, 1833
  • Orden Oribatida 
  • Orden Prostigmata
  • Orden Pseudoscorpiones de Geer, 1778
  • Orden Scorpiones Latreille, 1810
  • Orden Solifugae Sundevall, 1833